Ojala que siempre fuera asi:
Despues de que el... "estimado" profesor Pablito no nos dejara entrar a su "entretenida, encantadora y relajada clase" tuvimos que encontrar algo que hacer mientras esperabamos a que la "bendita" Carmelita nos fuera a abrir la puerta y que mejor que jugar al Twister, y por supuesto quien fue el que los puso todos torcidos, pero en fin fue divertido.
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